Al contrario de lo que mucha gente piense el apego no se trata de un vínculo que esté exclusivamente reservado para los padres. Según la definición original (Bowlby, 1969) se trata de un tipo de vínculo que surge entre el niño y el principal cuidador.
Pero también puede ser con cualquier otra persona que cuide con asiduidad al niño, ya que este se desarrolla con la interacción continua entre su cuidador y él. Por lo tanto seguramente si dejamos a nuestro hijo en una guardería infantil este termine desarrollando apego con sus maestros.
Entre los diferentes tipos de apego encontraremos el seguro, el evitativo, el ambivalente y el desorganizado dando lugar a diferentes tipos de apego en la edad adulta.
Cuando decidimos llevar a nuestro hijo a una de las guarderías San Sebastian de los Reyes estamos introduciendo un elemento nuevo que modifica la relación de apego que el niño ha ido desarrollando hasta ese momento con su gente más cercana y que puede influir en su desarrollo más adelante.
Por el momento el niño deja de pasar tanto tiempo con la figura que le ha estado cuidando hasta ahora, la de referencia (ya sea madre,padre o abuelos) y a la que echará de menos a pasar tiempo con otro adulto, al que no conoce y no es de la familia, el maestro o maestra.
Al principio el maestro es un total desconocido pero con el paso de los meses se transformará en una de las principales figuras de apego, teniendo en cuenta que va a pasar cinco días a la semana todas las mañanas junto a él o a ella.
Y al igual que hemos leído que sucede con la principal figura de apego (que suelen ser los padres) del tipo de interacciones que se establezcan dependerá que posteriormente el niño desarrolle un apego seguro o inseguro en el aula.
Este tema es muy importante, ya que muchos estudios asocian el apego seguro de la etapa infantil con buenas relaciones con otros maestros en edad adulta, con buenos resultados académicos y por extensión un apego normal con el resto de personas.
Un profesor que esté emocionalmente disponible (no solamente físicamente) y que esté atento a todas las necesidades del niño, tanto físicas como psicológicas puede incluso lograr que el niño que tiene un apego inseguro en su familia termine desarrollando un apego seguro en edad adulta.
¿Cuáles son los requisitos para que un niño llegue a desarrollar un apego seguro en el aula?
Saber identificar de manera adecuada las necesidades emocionales de los niños, darles una respuesta que satisfaga estas necesidades y que haya una coherencia en las respuestas (que siempre se de la misma respuesta ante las mismas situaciones).
A priori parece muy sencillo, pero en la práctica es muy difícil detectar necesidades emocionales en los niños (sobre todo si no disponen de un lenguaje amplio para expresar lo que sienten).
Por ejemplo, podemos clasificar a un niño de irritable cuando en realidad está cansado, a “pesado”a un niño con apego inseguro que está pidiendo a gritos aprobación y reconocimiento o como rebelde a un niño más autónomo.
Por ello es fundamental la elección de un buen docente en las escuelas infantiles, que esté entrenado en la detección e interpretación correcta de las necesidades de los niños del aula. De ser al contrario podrían desarrollar los otros tipos de apego.
El apego evitativo lo tienden a desarrollar los niños que son invisibles en el aula, cuando los cuidadores rechazan al niño o no cubren sus necesidades. Entonces estos no demandan atenciones ya que piensan que sus necesidades no van a estar cubiertas.
Si el cuidador es ambivalente desarrollará un apego ambivalente, en el que buscará de manera impulsiva la compañía de su figura de apego pero sin consuelo fácil y posteriormente rechazar esta.
Son niños que se han criado con cuidadores ambivalentes, que no responden de forma coherente a las necesidades de estos.
Finalmente el apego desorganizado se dará frente a figuras que ejercen algún tipo de maltrato sobre los niños. Las relaciones están teñidas de sentimientos de indefensión y de miedo, aparecen la ansiedad o la ira como las reacciones descontroladas frente a eventos desencadenantes.
De manera que si estamos planteandonos que nuestro hijo acuda a una guardería infantil, es muy importante asegurarnos de que el maestro presente conductas que faciliten un apego seguro con sus alumnos.